El magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y exfiscal general del Estado Julián Sánchez Melgar considera que quedan términos y definiciones ambiguas en la nueva ley de libertad sexual que «habría que corregir», según explicó en una conferencia en el XXI Congreso de Abogados Jóvenes, impartida al estilo Steve Jobs, de pie sobre el escenario y moviéndose.
Una de las definiciones equívocas es la de consentimiento, que según la ley tiene que ser explícita y manifestada «libremente a través de actos», no necesariamente palabras. Una fórmula abierta que es «casi una inferencia», en palabras de Sánchez Melgar.

Además, abarcaría solo las prácticas sexuales a las que se acceda, motivo por el cual se puede considerar que una persona que se quite el condón sin el conocimiento de su pareja sexual comete un delito.
De la misma forma, una instancia de consentimiento no da «carta blanca para el futuro», razón por la que ya se reconoce como delito con agravante la agresión sexual dentro de las relaciones afectivas, incluso si no hay convivencia
Sánchez Melgar apuntó que la equiparación penológica de los delitos con violencia e intimidación con aquellos en los que solo hay prevalimiento se presta para ciertas dudas sobre la proporcionalidad de las penas, a pesar de que igualmente son acciones «sumamente reprochables».
Dada la dimensión penal «indudable» de la violencia de género, la misión del abogado se amplía bajo esta nueva normativa para seguir prestando asistencia jurídica a las víctimas que interpongan denuncias, ejercer la acusación particular (como ha ocurrido en varios casos) y defender a los investigados a través del turno de oficio.
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